Disolver la reja. LAR. 2022
La cosa
o El enigma de otro mundo
¿Qué es esa imagen, Flor?
Dios,
fantasma,
la noche,
una aparición, una luz,
el reflejo
de algo imaginado;
un engaño,
el instante de la duda,
de lo creciente o de lo que se está agotando
Mirar con los ojos vacíos, ahuecados, con una mirada opaca. Mirar hacia adentro, desde adentro hacia adentro, y desde adentro hacia afuera y hacia adentro de nuevo. La mirada ya no es una certeza, no sabe lo que mira, no sabe en qué dirección está mirando. Si el ojo ha quedado dado vuelta y mira el espacio lleno de la caja craneana. O si, de nuevo en su posición habitual, mira el espacio vacío entrando a través de la ventana.
Primero la acción de mirar, después la pintura o ambas en simultáneo. Los colores que llenan y, en el mismo acto, vacían, excavan el plano. En este punto del encuentro con la obra ya comprendimos que todas las acciones son complementarias, en articulación, ni una ni otra sino ambas al mismo tiempo. Avanza un color sobre el plano y hay otro que se retira. Una mano se mueve en infinitesimales desplazamientos y mientras lo hace inhibe la misma cantidad de movimientos que los que efectúa.
Flor ilusionista; muestra una cosa con bordes, rotunda, inconfundible, innegable, certera.
(y, al pestañear, la hace desaparecer)
El límite es una zona extensa del entre. Entre acá y allá, entre ayer y hoy, entre un cuerpo y el otro, entre lo que se ve y lo que se oculta. Más que límite, puro pasaje. Una figura se convierte en fondo y viceversa. Las formas se funden en el espacio y el espacio se diluye en las formas. Se moldea el aire entre las cosas y la realidad, ¿qué realidad?, sólo es algo que aparece dado vuelta como una media.
Leila Tschopp